Es completamente normal sentirse triste o desganado. Sin embargo, cuando estas emociones son difíciles de controlar y empiezan a interferir con nuestras actividades diarias pueden ser un signo de algún problema mayor.
Enfrenta tus síntomas depresivos hoy, mereces tener la tranquilidad emocional para vivir la vida que quieres.
"Cada mañana nacemos de nuevo. Lo que hacemos hoy es lo único que importa."
Si respondes que sí a la mayoría de estas preguntas, es probable que necesites ayuda de un especialista. Escríbeme o llámanos para agendar una cita.
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De vez en cuando todos podemos sentirnos tristes, infelices y hartos. Si bien estas son reacciones comprensibles a eventos y experiencias difíciles o estresantes, también es bastante normal experimentarlas sin ningún motivo aparente. Pero si estas emociones persisten, pueden ser signos de depresión.
La depresión afecta a una de cada seis personas, con síntomas que incluyen falta de motivación, dificultades de concentración, pesimismo, trastornos del sueño, irritabilidad, llanto, pensamientos suicidas, retraimiento social, cambios en el apetito, pérdida del deseo sexual y falta de entusiasmo y placer. Si padeces depresión, estos sentimientos de tristeza pueden continuar durante semanas y meses, interfiriendo en tus relaciones, trabajo y salud.
Es importante recordar que no estás solo y puedes pedir ayuda.
En esta terapia aprenderás sobre tu síntomas y las causas que hacen que te sientas de esta forma. Aprenderás cómo se expresa la ansiedad en ti y desarrollarás herramientas concretas que te permitirán manejar tus síntomas de ansiedad, estrés y sensación de estancamiento de una manera que te ayudará a vivir una vida más agradable. Podrás sentirte al fin en control de tu vida, libre y feliz.
La duración total de una terapia varía, desde algunas sesiones hasta unos meses o más. Esto depende de los objetivos de la terapia, el tema a trabajar y lo más importante: la proactividad del consultante. También hay que tener en cuenta que los temas a trabajar que son de un solo incidente pueden resolverse más rápido que los continuos y crónicos.
La duración total de una terapia varía, desde algunas sesiones hasta unos meses o más. Esto depende de los objetivos de la terapia, el tema a trabajar y lo más importante: la proactividad del consultante. También hay que tener en cuenta que los temas a trabajar que son de un solo incidente pueden resolverse más rápido que los continuos y crónicos.
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